domingo, enero 14, 2007

LA SOPORÍFERA GENIALIDAD DE DON JAVIER SEXAGENARIO


(Artículo publicado en "Eclipse" en algún momento de 2004)



Resulta que en este país hay grandes artistas y casi nadie lo sabe. Y no hablo de Velázquez, ni de Goya, ni de Alonso Cano, ni de Raúl, ni de Arguiñano, sino de esos otros que, sabiéndose geniales, no les apetece nada presumir de ello. Y por eso no salen en la tele, ni actúan en Las Ventas, ni exponen en la Mapfre. Y lo que es peor: se saben geniales porque la gente les ha contado que lo son. Y eso tiene más delito.

Javier Krahe lleva veintipico años en eso de componer canciones y todavía nadie sabe quién es. Sólo los fans de alguien más joven y exitoso que él como es Joaquín Sabina, saben que en aquel CD de La mandrágora había un chico calvo que cantaba canciones tan emblemáticas como “Marieta”, “La hoguera” o “Villatripas”. Y a partir de ahí es ponerse a investigar y descubrir que al chico calvo le salió una barba blanca y una docena de discos, y entre medias miles de actuaciones en bares y cafés teatro de toda España. Y dirá algún fan de Ska-P que, seguramente por accidente, esté leyendo estas líneas: “Buah, un cantautor de esos”. Pues no, chato. Esos cantautores en los que piensas se dedicaban a tocar las gónadas al régimen franquista, a cantar a la Libertad (así con mayúsculas) y a seguir la estela de poetas mártires como Machado, Hernández, Alberti y compañía. Krahe no. El madrileño, bostezando ante tal panorama, desvió la mirada hacia Francia, y concretamente a Georges Brassens y sus canciones sobre la amistad, el amor, la vida misma y la sana ironía. De ahí bebe Javier Krahe, y menos mal, aunque musicalmente sus canciones dejan bastante que desear. La melodía es simple y en muchos casos monótona, pero da igual porque lo importante en Krahe es siempre la letra. Y es que Don Javier es un cantante aburridísimo cuando se le oye, pero fascinante cuando se le escucha.

Canciones de amor como “Sábanas de seda”, “Pijama blanco” o “Paréntesis” rezuman sensibilidad y sarcasmo a partes iguales. Pero en su extenso cancionero encontramos también odas a la masturbación, el alpinismo, la ecología, el ateísmo y, sobre todo, la mujer. Acerca de este tema, él mismo se defiende de los que le tachan de misógino encogiéndose de hombros y diciendo que está tranquilo porque, aunque sus letras puedan indicar lo contrario, él no lo es. Así que tenemos a un hombre sencillo, tímido, de afilado humor y exquisita sensibilidad, que llena bares y cafés, pero al que nadie conoce.

Este año Javier Krahe ha cumplido sesenta años de vida y veinticinco de escenario, y para celebrarlo sus compañeros de la compañía 18 Chulos Records (con socios tan insignes como Wyoming, Pablo Carbonell y Pepín Tre) han decidido sacar un doble CD en el que un puñado de artistas mucho más famosos que Krahe interpretan sus canciones. Entre las voces que arreglan o se cargan las creaciones del genial autor hay nombres como Rosendo, Alejandro Sanz, Lichis, Mónica Molina, Serrat, Iñaki Gabilondo, Sabina, Aute, Diego el Cigala, Mónica Molina, Miguel Ríos, Pedro Guerra y así hasta veintiocho. Hay versiones acertadas y otras lamentables. La mayoría de ellas son tan sui generis que no es de extrañar que todo el proyecto se llevara a cabo a espaldas del homenajeado. De hecho escuchando el CD uno siente la necesidad de salir presuroso a la tienda de discos más cercana donde, si tiene mucha, muchísima suerte, podrá encontrar las versiones originales, entonadas con el estilo personal y la forma de interpretar que han hecho de Javier Krahe un tipo único en su especie.

De momento podemos saborear este doble CD, “Y todo es vanidad”, cuyo objetivo es reconocer con mimo, cariño y admiración el trabajo de uno de los grandes letristas que ha tenido jamás nuestro país. Canciones tan bellas como “Nos ocupamos del mar” y tan corrosivas como para ser censuradas, caso de “Cuervo ingenuo”, nos dan una idea de su talento y su versatilidad. Y tanto para los que le conocemos un poco como para los que aún no saben quién es, se incluye un instructivo DVD que nos habla del hombre, de su vida, su humor, su carácter, su relación con la música, las drogas, el mar, Canadá, su esposa...

Se pongan como se pongan, ya no tienen motivos para no conocer a Javier Krahe.



No hay comentarios:

Publicar un comentario