viernes, octubre 17, 2008

DE CÓMO PUBLIQUÉ MI PRIMER LIBRO Y ME QUEDARON GANAS DE MÁS (I)


Hoy estoy nostálgico. Además veo la necesidad de poner las pilas al blog antes de que el destino nos alcance, así que voy a contar, en una serie de amenas entregas, cómo una idea que me daba dentelladas en la mente acabó ocupando un lugar en las librerías españolas.

Escribo desde siempre. En el cole había un periódico anual titulado "Nuestras Cosas" y, que yo recuerde, en los ocho números que publicaron mientras yo estuve allí, siempre iba algo mío: un relato, una poesía, un dibujo, una historieta... Durante la infancia y la adolescencia jugaba a escribir guiones. De radio, de cine, de tele, de dibujos animados... Igual que otros niños emulaban a Butragueño o a Hugo Sánchez con el balón, yo imitaba a Escobar, a Spielberg o a Chicho Ibáñez Serrador. Vamos, que me gustaba escribir, pero sobre todo me gustaba contar historias.

Ya en la universidad, en plena clase de Historia de la Edad Moderna, un personaje se abrió camino entre los pliegues de mi adormilado cerebro y me dijo: "Chssss. Cuenta mi vida". ¿Revelación divina o delirio provocado por el sopor? Da igual. El caso es que Jaime Azcárate (en esos tiempos primitivos Jaime Bono) se materializó en mi mente y en mi vida, dando origen a una relación que dura ya la friolera de doce años. Más que muchos matrimonios, tengo la desfachatez de recordar.

Su primera aventura la escribí durante dos cursos, y tras recibir entrañables rechazos por parte de editoriales y agencias (aunque la prestigiosa Carmen Balcells se interesó en un principio, motivada por mi impecable carta de presentación), enterré el proyecto. Sin embargo años después, en una acogedora terraza de verano de Sant Carles de la Rápita, se hizo la luz. Tenía una idea para una novela protagonizada por mi desafortunado personaje. Tendría lugar en Madrid, sería una precuela de la obra no publicada y versaría sobre la religión del Antiguo Egipto.

Armado con un bolígrafo azul y un bloc de notas cuadriculado, e inspirado por las enseñanzas obtenidas tras un curso intensivo de guión de cine, escribí una sinopsis y fui desarrollando, poco a poco, los elementos de mi nueva historia. Había una imagen que estuvo presente durante todo el proyecto: el templo de Debod al anochecer, una vista que yo tenía impresa en la retina gracias a todos los atardeceres que había pasado contemplándolo, apuntes en mano, durante mis tiempos de estudiante.




Aquel fue el verdadero chispazo. El templo de Debod atacado. ¿Por quién? El hilo llevó al ovillo.

A principios de 2006 ya tenía lista la novela, e inicié el penoso trámite de moverla por las editoriales. La primera intentona falló, y la desesperanza empezó a abrirse paso. Hasta que una tarde, ojeando libros en una gran superficie, di con un sello editorial que no conocía. Suma de Letras llevaba poco tiempo en el mercado, y de un solo vistazo me di cuenta de que lo que yo hacía podía encajar sin problemas en su línea editorial. Como estaba algo desmoralizado, decidí ahorrarme los costes de impresión y envío y la mandé por correo electrónico sin hacerme demasiadas ilusiones.

Menos de un mes después sonó el teléfono. El resto, es historia.

CONTINUARÁ...

5 comentarios:

  1. Jo, gracias por compartir esos momentos con nosotros.
    Ver los pasos de un escritor desde el inicio, admirar su evolución, ver el resultado.... GRACIAS!!
    Ayuda a los lectores que quieren convertirse en escritores a seguir adelante, no desanimarse al primer NO, y continuar con la esperanza hacia su objetivo.
    Esperamos la segunda entrega.

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  2. Desde luego es una buenísima anécdota. Si yo hiciera algo con todo el tiempo que pasé en la cafeteria quizás me forrara, jijijijijij.

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  3. Ya podías haber avisao del momento actualización del blog ¡¡¡ Un escritor sin blog es como un rokero sin decir: zooooy rokero.

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  4. Una extraña casualidad me ha llevado por aquí hoy, así que aprovecho para añadirte.
    Yara

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  5. Anónimo1:52 a. m.

    Mira no hay mal que con bien no venga.
    Al entrar en el blog del foro, me he puesto a cotillear los blog.
    En el tuyo entre hace tiempo, pero no me entretuve.
    .....lo siento, tengo poquitos ratos y el foro....en el foro, estáis todos.
    Me ha gustado mucho tus desventuras para llegar a publicar tu “Isis”.
    Es entrañable que cuentes todo esto, te haces más cercano. No cambies nunca.
    Cuando tengas 20 libros o más publicados y seas mucho más famoso, conocido escritor y no tengas, tiempo de “forear”, acuérdate de tus atardeceres color rosa y amarillo.
    He pasado muchas atardeceres allí, cuando no estaba el templo. Luego lo pusieron tan bonito que a todo el mundo que viene a conocer Madrid, de los primeros sitios que llevo es allí.
    Un abrazo
    Nosequé

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