Hace unas semanas un amigo me pidió que escribiera sobre mi libro para un grupo llamado Burgos en Facebook. Acepté encantado, pero resulta que es un grupo cerrado y no todos los usuarios tienen acceso a él. Y como uno ha sido siempre de mayorías y su aspiración es compartir sus cosas con el mundo independientemente de su raza, sexo y término municipal, provincial o autonómico, aquí la reproduzco, que para eso esas son mis palabras, este es mi blog y esto es lo que hay.
ROB:
Hola a todos. Una
de las razones de ser de esta sección es animar a la lectura. Leer es ver la
vida con ojos nuevos, pasear por las vivencias, las emociones y los
pensamientos de otro. Es una actividad solitaria e íntima, a veces sonriente, a
veces triste pero siempre rica porque nos abre inesperadas ventanas para
comprender el mundo. Cuando no se tiene el hábito saber por donde empezar puede
hacerse cuesta arriba, eso de leer puede sonar a rollo patatero y aburrimiento
y por eso hoy vamos a hablar de intriga y aventura, del niño explorador que una
vez fuimos jugando a buscar tesoros, de libros que se leen de un tirón y
conteniendo el aliento.
Por eso nos
acompaña Jorge Magano, historiador del arte, guionista de radio y televisión,
autor de teatro y creador de un aventurero de ley llamado Jaime Azcárate. Ha
publicado siete novelas pero sólo tres contienen al personaje. Él mismo os
hablará de ellas, yo os contaré mi experiencia de lector. Lo que hace especial su
narrativa es la sabia mezcla de intriga y humor, un andar a la vez de los
nervios y por los suelos sin que ambas cosas se molesten ni la historia pierda
intensidad. Con su última entrega, La mirada de piedra, ha ganado el
Premio Amazon/La Esfera de los Libros y el próximo día 18 estará en todas las
librerías del país, un buen momento para empezar. Por último deciros que es un
autor que se autopublica y si teneis libro electrónico podeis encontrar enAmazon todas sus obras. Os dejo con Jorge.
JORGE:
Me pide Rob que os
recomiende dos libros empezando por uno mío y os hable del personaje. Bien,
allá vamos. LA MIRADA DE PIEDRA, está protagonizada por un periodista de
curiosidad insaciable y una habilidad pasmosa para meterse en fregados. Un
héroe muy nuestro que tiene la peculiaridad de ser capaz de enfrentarse a los
más complicados enigmas del mundo y ser a la vez un desastre en su vida
cotidiana. Se llama Jaime Azcárate, es historiador del arte y periodista, y lo
conozco desde hace muchos años.
Escribo sus andanzas desde aquella delirante
investigación en el Madrid de los faraones titulada LA ISIS DORADA que fue
seguida por DONDE NACEN LOS MILAGROS, una epopeya religiosa por tierras de
Segovia y el sur del Duero en busca de un talismán sagrado custodiado por tres hermanos
santos.
Ahora llega a las librerías LA MIRADA DE PIEDRA, que se puede leer antes, después o en lugar de las ya mencionadas, y que traslada la acción a un mayor número de lugares que incluyen Grecia y Italia -cunas del arte clásico-, a los que se desplaza el protagonista para resolver el misterio de un busto de Medusa al que la leyenda atribuye una terrible maldición. En esta difícil tarea, Jaime Azcárate contará con la ayuda de un antiguo amor de juventud con quien las cosas salieron tirando a regular.
Ahora llega a las librerías LA MIRADA DE PIEDRA, que se puede leer antes, después o en lugar de las ya mencionadas, y que traslada la acción a un mayor número de lugares que incluyen Grecia y Italia -cunas del arte clásico-, a los que se desplaza el protagonista para resolver el misterio de un busto de Medusa al que la leyenda atribuye una terrible maldición. En esta difícil tarea, Jaime Azcárate contará con la ayuda de un antiguo amor de juventud con quien las cosas salieron tirando a regular.
Y dirán ustedes:
¡Ajá! Otro Código Da Vinci con tío listo, enigma artístico y romance metido con
calzador. Y como tengo derecho a réplica, les digo: pues sí, pero no. En esas
novelas, como en la mía, hay buenos y malos, enigmas, peligros, persecuciones,
un ritmo trepidante y escenas de acción en localizaciones reales. Pero en esas
otras no tienen ustedes la posibilidad de reconocer alguna frase que le
recuerda a su cuñado, ni a su abuela, ni a la vecina del tercero izquierda. No
corren el riesgo de esbozar una sonrisa cómplice, o una carcajada escandalosa
que les ponga en evidencia delante de sus compañeros de autobús. Esto es lo que
pasa cuando intentas contar cosas de aquí, con personajes de aquí, usando los
esquemas del thriller de allende los mares: que la mezcla de alta tensión y
costumbrismo hace cosquillas.
Porque yo lo que quiero es que lean. Y se diviertan.
Porque yo lo que quiero es que lean. Y se diviertan.
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